miércoles, 17 de diciembre de 2008

Entrevista en Peatom







Miguel Ángel Cercas. Director de Renta 4 en León presenta su libro el próximo martes 23 de diciembre a las 20:00 horas en la Sala de Prensa del Diario de León


Entrevista. Miguel Ángel Cercas está de hoz y coz metido en el mundo de las operaciones bursátiles y la gestión patrimonial, un entorno que en función de los ciclos económicos goza de mayor o menor popularidad y crédito. En momentos de contracción económica, la actividad bursátil, deviene en actividad especuladora con fuertes connotaciones negativas. Las gentes ponemos el acento en sus aspectos más controvertidos. Cuando la expansión económica genera optimismo, la actividad bursátil adquiere todo su esplendor y la especulación, una actividad lícita y necesaria, se desviste de su carga peyorativa para iluminar a los gestores más eficientes.

Nadie pone en duda la existencia de la actividad bursátil, un mercado que cotiza expectativas. La sociedad está suficientemente evolucionada. Se repara poco, por el contrario, en la cualificación personal de todos los actores del mercado bursátil. Se descuida que son personas de carne y hueso las que operan en dichos mercados. Miguel Ángel Cercas quiere poner el énfasis en la actividad bursátil, recordando que no es un terreno yermo en el cual las personas se desvisten de sus convicciones. Y por eso ha escrito ‘Valores en alza’.

PEATOM. ¿El legítimo beneficio, Sr. Cercas, tiene también encarnadura moral?

MIGUEL ÁNGEL CERCAS. Claro que la tiene. No es lo mismo hacer fortuna traficando con cocaína que siendo una persona productiva y socialmente útil. La economía es hacer cosas por y para los demás. Y si las haces bien, tanto mejor. Mayor provecho para todos. Todos estamos obligados a trabajar dentro de unos límites, nuestras cualidades profesionales, nuestros recursos, las oportunidades existentes, el esfuerzo, por qué no decirlo, el azar, pero no existen excusas para no actuar dentro de un orden moral y confiar en él. Los valores morales son excelentes compañeros de viaje y fabulosos aliados. Y es de aplicación para cualquier actividad.


La clave interpretativa del libro está en comprender que comprando y vendiendo valores (empresas que cotizan en bolsa), una persona puede ser un valor en alza (ser mejor persona) mediante la repetición de conductas buenas (virtudes humanas o valores humanos)

—El título de su libro es “Valores en alza”. ¿Realmente en el campo de las inversiones hay valores en alza?

—La clave interpretativa del libro está en comprender que comprando y vendiendo valores (empresas que cotizan en bolsa), una persona puede ser un valor en alza (ser mejor persona) mediante la repetición de conductas buenas (virtudes humanas o valores humanos). Me centro en cuestiones que me ayudan a ser mejor porque así, y sólo así, tendré más. Para llegar al “tener” debemos pasar por el “ser”, si no pasa lo que está ocurriendo en esta crisis financiera o en los escándalos que recientemente hemos conocido del que fuera Presidente del Nasdaq.

—¿Entonces en tu libro estudias las virtudes en el ámbito bursátil?

—Efectivamente. Las virtudes son hábitos que nos llevan a actuar bien, es decir, que nos hacen mejores y nos conducen a cumplir los objetivos. Las virtudes son como faros que nos dan luz en este mundo tan incierto y convulso de los mercados, que nos dan pautas objetivas para caminar. Son como esos palos que están en la carretera que nos guían cuando está todo nevado. Y de esto en León, como hemos visto esta semana sabemos mucho.

Cuándo: martes 23. Hora: 20h. Dónde: Club de Prensa Diario de León. En: Gran Vía de San Marcos, 8 (entrada por Fajeros), León.

—¿Invertir o especular en bolsa me pueden hacer mejor persona?

—Pues sí. Cualquier actividad humana, si se hace con rectitud y es honesta nos hace mejores. Hay conductas que nos desacreditan, rebajan nuestra dignidad, nos hacen peores: son los vicios. En cambio, si actuamos con prudencia, con justicia, con fortaleza y templanza en nuestras decisiones bursátiles, estamos siendo virtuosos y por tanto mejores. Estamos poniendo además el acento en aquello en lo que podemos hacer algo, mi conducta: estamos centrándonos en lo que en lenguaje de la inteligencia emocional se llama “círculo de influencia”: es decir, me esfuerzo, me detengo, me preocupo en lo que realmente puedo hacer, donde realmente puedo llegar y no en aquellos ámbitos que me exceden y me desbordan. Nos alejamos, entonces, del “círculo de preocupación”.

—En tu libro hablas de la proactividad ¿Qué significa?

—Es una forma de interpretar tu vida, tu destino. El término me dice que yo debo ser el responsable de mi vida en todos los ámbitos: profesionales, familiares, personales… Soy yo quien debe decidir y por tanto soy el responsable de mis actos. No los demás, las circunstancias, mis propias emociones…. En las inversiones igual: yo decido qué debo hacer, qué metas me marco, qué cantidad invierto, para qué invierto…Soy yo quien gano y quien pierdo.

—¿Quién debe leer tu libro?

—Cualquier persona que esté interesado en la bolsa, que especule o invierta. No es necesario tener conocimientos técnicos. Con un lenguaje coloquial, en plan diálogo, cuatro personajes se reúnen los jueves y van comentando aspectos diferentes bajo sus propios puntos de vista. Un presidente de una Sociedad de Valores (una visión profesional y para inversores, ahorradores a largo plazo), un gestor de patrimonios puramente especulador, una inversora que además es psicóloga y una estudiante de económicas que está haciendo un curso de bolsa. Mi objetivo es que sea útil, que sea eficaz, que le sirva realmente a los lectores.

—¿Cuánto tiempo te ha llevado escribir el libro?

—Lo comencé a escribir hace 4 años. El verano del 2007 lo dejé hasta este verano y lo he retomado y hecho modificaciones. De todos modos pretende ser atemporal, que sirva para cualquier momento del ciclo bursátil. No intenta explicar esta crisis. Ni siquiera doy recomendaciones de compra o venta. Intento ir a lo decisivo, al planteamiento más profundo, a lo que no cambia. Soy bastante exigente en este sentido y no me conformo con cualquier cosa.

—Dedicas el libro a Carlos Palacios…

—Sí, es un gran amigo mío. Aunque falleció en febrero de este año le sigo tratando y pidiéndole cosas. Era el Director de la COPE en León. Se lo dedico con todo el cariño del mundo sabiendo que, como pongo en la dedicatoria, él desde el cielo me sonreirá.

—¿Alguna cosas más de este libro?

—Que espero que sea útil, y que la gente saque un rato en estas Navidades para leerlo —se lee fácil, son 150 páginas—. Y por supuesto, anunciar que agradeceré cualquier comentario, sugerencia… que serán bienvenidas para la próxima edición.

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